Imagen 1. Dibujo del diputado D. Vicente Barrantes Moreno (1829-1898). Foto extraída de aquí.
Tal día como hoy se operaba en Viso del Marqués al diputado D. Vicente Barrantes Moreno, quien había tenido un accidente el día 9 en Venta de Cárdenas, ver imágenes 2 y 3.
Imágenes 2 y 3. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos Año décimo Número 2576 - 1859 marzo 30. Detalles.
El accidente tuvo lugar el 9 de marzo cuando el diputado se desplazaba en diligencia a Andalucía y como leemos a la altura de Venta de Cárdenas tuvo lugar el fatal suceso. Auxiliado primeramente por la guardia civil, fue conducido el día 10 a nuestro pueblo.
Lo bueno y lo malo estaban tan unidos en este recorrido, pues sólo hacía cuatro meses que había sido elegido diputado por Cáceres y había emprendido el viaje a Cádiz por cuestiones familiares, ya que, su única hermana iba a ser madre, quien fallecería poco tiempo después a consecuencia del parto.
Casualmente he tropezado con esta descripción tan pormenorizada: "negocios de familia le llamaron a Cádiz en Marzo de 1859, y al mudar de tiro la silla correo a la entrada de Despeñaperros, en la famosa venta de Cárdenas, hoy Venta Quemada, los caballos, que no habían bebido, se lanzaron por una senda fragosa arrastrando al carruaje. En vano la guardia civil, los camineros y todos los criados de la venta, acudieron a detenerlos... Iban a precipitarse por un barranco pedregoso al río, que lame las tapias de la casa, cuando Barrantes, que creyó sin duda fácil su salvación, abriendo tranquilamente la portezuela, se lanzó embozado en su capa.... En aquel mismo momento hacían volcar el carruaje, y todos al apercibirse de aquella fatal coincidencia, exclamaron lúgubremente: ¡Dios te haya perdonado! sin embargo tuvo piedad de él y de su pobre familia, pues por un verdadero milagro, únicamente le alcanzó una rueda del carruaje, que le deshizo el pié derecho. ¡Imposible describir aquella situación angustiosa, desesperada! Eran las cuatro de la tarde del 9 de Marzo, miércoles de Ceniza. Recogido en una manta por la guardia civil, se le entró en una caseta de caminero. Nadie se atrevía a quitarle la bota, y por momentos se desangraba. Los mismos guardias, llenos de conmiseración y celo, pero aturdidos, sólo lanzaban exclamaciones de duelo y sorpresa. El, sin embargo, quiso aprovechar los momentos que le quedaran de sentido para tomar las disposiciones que su estado reclamaba; se restañó la sangre con tierra húmeda; redactó partes telegráficos; despachó propios; llamó de Córdoba médicos, y cuando a las diez de la noche perdió el conocimiento, pudo quedar relativamente tranquilo, pues su salvación dependía de la Providencia. Mucho hizo ésta en su obsequio, mucho y muy visible... ¡cuántas veces hemos oído decir a Barrantes, que la sentía blanda y amorosa posada sobre su frente, y por eso ni un sólo momento dudó de salvarse! En el mismo viaje del facultativo de Córdoba, lleno de peripecias y accidentes, se dejó sentir bien clara, pues habiendo resuelto volverse desde Andújar, engañado por una falsa noticia, recibió un telegrama del Gobernador encargándole que no dejase de ver al enfermo. Este mismo señor, D. Manuel Torrecilla de Robles, inspirado sin duda por el cielo, afeitándose y sobre la rodilla por no perder tiempo, escribió el telegrama para el médico, que conserva Barrantes como su nueva fé de bautismo. ¡Altos juicios de Dios!1.
1 CORTIJO VALDÉS, A.: Biografía del Excmo. Sr. D. Vicente Barrantes: académico de la Historia y cronista de Extremadura, págs. 24-25.
Por las imágenes 4-6 sabemos de las carencias del Viso, donde la plaza de médico titular estaba vacante, según el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real de 6 de diciembre de 1858. Fue operado el 12 de marzo y salió de nuestra localidad para Córdoba el 25 del mismo mes. No hubo solución y tuvieron que cortarle la pierna, a la altura de la rodilla, sin anestesia y casi que con un serrucho de carpintero:
También hubo palabras para el cura viseño, quien en ese momento era D. Pascual Avilés, natural de Villacañas (Toledo) y que debió estar al frente de nuestra parroquia desde 1847 a 1879.
Imágenes 4, 5 y 6. CORTIJO VALDÉS, A.: Biografía del Excmo. Sr. D. Vicente Barrantes: académico de la Historia y cronista de Extremadura, págs. 25-27.
La recuperación debió ser lenta y la aceptación del nuevo estado, muy dura, a juzgar por lo que leemos:
"Mucho es el tiempo que pasaría hasta la recuperación del paciente desde que es operado, el 12 de marzo en el pueblo de Viso del Marqués, y muchos son los cambios que el espíritu del paciente experimente en estos meses de agonía y posterior aceptación de su invalidez, a la temprana y prometedora edad de treinta años."2.
2. "Discursos leídos ante la Real Academia de la Historia ".
Biografía:
Nació en Badajoz en 1829 y fue periodista, poeta, narrador y bibliófilo e investigador sobre Extremadura. También se dedicó a la política. Se trasladó a Madrid en 1854 y consigue el acta de Diputado por la provincia de Cáceres en 1858. En 1866 fue nombrado Ministro de Ultramar y enviado por poco tiempo a Filipinas, país en el que residiría también entre 1885 y 1888.
Aunque no pasó a la literatura por un excelente poeta, tiene varios obras a destacar.
DÍAZ Y PÉREZ, Nicolás. Album de retratos y facsímiles de extremeños célebres. Madrid, Est. Tip. de Álvarez Hermanos, 1888, v. II p. 12
En palabras de su nieto Ramón López Barrantes: "El episodio dejó siempre un rictus de tristeza en el semblante de mi abuelo"… Se casó con Dña. Manuela Abascal Carredano, hermana de José, el muy conocido alcalde de Madrid. A partir de este accidente dedicó buena parte de su obra a su tierra natal, probablemente por la experiencia tan cercana al dolor y a la muerte, aunque esta le sobrevino en 1898 en Pozuelo de Alarcón (Madrid).