Imagen 1. Firma de Dña. Rosario Bernardino. Detalle del Expediente de matrícula en la Facultad de Farmacia, AGUCM D-1815, 99.
Tal día como hoy nombraban a la madrileña Dña. Rosario Bernardino Giménez farmacéutica interina del Viso, para saber porque se produjo esta vacante, hay que retroceder al 17 de junio de 1932.
El susodicho día tuvo lugar un pleno en el Ayuntamiento de nuestro pueblo en el que uno de los temas tratados fue la exposición de las ausencias del farmacéutico de su puesto como funcionario municipal y la corporación por unanimidad acordaban tomarlo como falta leve. El 6 de febrero de 1933 el tema se vuelve a llevar a pleno y esta vez, se decide destituir del cargo al farmacéutico titular D. Atilano Muñoz Calzada. En el libro de actas se recoge: "movido tal vez de su preponderancia política se ha ausentado cuantas veces le ha venido en gana de esta población, dejando encomendo la Farmacia a un dependiente menor de edad y con escasos conocimientos farmacéuticos, y desde luego sin reunir los legales".
Además también se añade que el Sr. Atilano fue advertido en varias ocasiones y de forma amigable, se le recomendó que avisara al Alcalde (D. Carlos Caminero Palop) cuando fuera a ausentarse y se le indicó "que se vería obligado a proceder con todo rigor si persistía en hacer su santa voluntad no obstante ser funcionario municipal y por tanto sujeto a un Reglamento".
Imagen 2. Detalle del Reglamento publicado en la Gaceta de Madrid nº 232 de 20 de Agosto de 1930.
El reglamento al que estaba sujeto era el Reglamento de Servicios farmacéuticos del Ministerio de Gobernación e Inspectores farmacéuticos municipales (Farmacéuticos titulares). Gaceta de Madrid nº 232 de 20/08/1930 (ver imagen 2), en éste se les adjudicaban tanto la función benéfica, a través del despacho de medicamentos a los pobres como sanitaria, a través de sus funciones como inspector municipal de sanidad, incluyendo su labor de análisis químicos y biológicos en aquellos municipios que no tuviesen implantados los laboratorios municipales de sanidad, pasando a ser considerados los inspectores farmacéuticos municipales como los “químicos municipales”.
Una vez destituido el Sr. Muñoz, tal día como hoy, se decide nombrar de forma interina a Dña. Rosario para ocupar la plaza vacante "con el haber anual, con que figura en presupuestos, o sea ochocientas cuarenta y ocho pesetas". (ver imagen 3).
Imagen 3. Libro de Actas 1932-1934. Detalle del acta de 7 de abril de 1933, pág. 25 v. Archivo Municipal del Ayuntamiento de Viso del Marqués (Ciudad Real).
En el pleno de 18 de agosto el alcalde informa de la asistencia al juzgado para un acto de apelación promovido por D. Atilano, quien le acusa de ser enemigo personal, de perseguirle y molestarle, el Sr. Muñoz también declaró que los concejales eran enemigos políticos.
En el acta de un mes después se habla de un escrito de Dña. Rosario manifestando que al no haberse anunciado la vacante de Inspector Farmacéutico Municipal la corporación debía aplicar el art. 61 del Reglamento de 14 de Junio de 1935 por el que la interinidad se prolongaba indefinidamente, tras escuchar el informe del secretario, la Corporación decide anunciar a concurso de méritos entre farmacéuticos establecidos en la localidad. Días después algunos de los concejales votan en contra de esta propuesta, puesto que, al pueblo solo le pertenecía un titular y si el Supremo confirmaba el fallo del Contencioso Administrativo (de D. Atilano) serían dos, suponiendo un gasto al erario municipal. Por alguna razón que desconozco, se alarga la publicación del concurso y no sale hasta el 2 de junio de 1936 en la Gaceta de Madrid nº 154.
El 26 de junio el ayuntamiento nombra Inspectora Farmacéutica Municipal en propiedad a la única candidata para el cargo, tras comprobar que reúne todos las condiciones legales, con el sueldo anual en concepto de residencia de 2750 pesetas.
El 14 de enero de 1940 D. Atilano escribía al Consistorio solicitando la propiedad de la plaza, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Contencioso Administrativo de Ciudad Real de 5 de diciembre de 1934. En palabras textuales escribía: "Este Ayuntamiento primeramente republicano y después rojo no tenía que ver con el Sr. Inspector Provincial ni con órdenes sino que hacía aquello que quería, situándose siempre al margen de la Ley. Lo que sí hacía era proteger a su compañera Srta. Bernardino por compaginar en un todo en los ideales marxistas y aquí el porqué en mi caso han abusado dando norma de atropello permanente."
Terminada la Guerra Civil:
En 1940 los ayuntamientos no tenían atribuciones ni de nombramiento ni de modificaciones de los funcionarios sanitarios, de ahí que, remitan el escrito al Inspector Provincial de Sanidad, a falta de la fecha exacta D. Atilano debió incorporarse en ese mismo año.
Probablemente toda esta lucha era algo personal, algo político entre D. Carlos Caminero y D. Atilano Muñoz, pero que terminó implicando a esta mujer que poco pudo ofrecer profesionalmente porque en este mismo año (1940) fallecía nuestra primera farmacéutica, tal y como veremos más adelante.
Las primeras farmacéuticas en España:
En España la primera mujer Licenciada en Farmacia (en la Universidad Central de Madrid) fue la alicantina Dña. María Dolores Martínez en 1893.
Y la primera doctora en Farmacia fue la catalana Dña. Zoe Rosinach Pedrol, según la publicación Primeras mujeres farmacéuticas en España.
Tuvo problemas para aprobar una de las asignaturas por su condición de mujer e incluso tuvo que cambiarse de la universidad de Barcelona a Madrid. Fundó su primera farmacia en un pueblo de Teruel en 1932.
Imagen 4. Zoe Rosinach Pedrol. Foto extraída de aquí.
Biografía:
Nuestra protagonista de hoy era hija de D. Leandro y de Dña. Luisa y nació en Madrid el 24 de noviembre de 1911, pero no llegó a cumplir los 30 años porque falleció 13 días antes de su aniversario, a consecuencia de una tuberculosis pulmonar.
Imagen 5. Fachada de la Universidad Central calle San Bernardo [1920-1930]”. AGUCM SG/1497,01.
Estudió en la Universidad Central en Madrid (ver imagen 5) y en el Archivo General de la Universidad Complutense de Madrid se custodia su expediente académico. Debió ser una excelente alumna porque su expediente data del año 1928, cuando ella contaba con 17 años (ver imagen 6).
Imagen 6. Expediente de matrícula de Dña. Rosario Bernardino en la Facultad de Farmacia, AGUCM D-1815, 99.
En el momento de la muerte residía en la calle Caudillo Franco, nº 36 e informó de la defunción su pariente D. Sinforiano Bernardino.
Imagen 7. Detalle de la lápida de la farmacéutica madrileña Dña. Rosario Bernardino Giménez en el Cementerio Municipal de Nuestra Señora del Rosario en Viso del Marqués (Ciudad Real).
Conclusión:
Os pido todo el respeto que hasta ahora me estáis demostrando. Esta entrada es la exposición objetiva de los hechos y no quiero que genere comentarios políticos.
Es un breve homenaje a la incorporación de las mujeres a puestos que, tradicionalmente habían sido siempre masculinos. En nuestro pueblo estas "llegadas" se realizaban más tarde que en las ciudades y para mi, como mujer, fue un bonito hallazgo saber que en el Viso hubo una mujer farmacéutica en 1933, a pesar de haberla rodeado toda esta polémica. Y en mi opinión fue una auténtica pionera porque, como habéis leído, la primera doctora en Farmacia en España fundó su farmacia tan sólo un año antes que Dña. Rosario.
La información sobre la madrileña es escasa probablemente por varios factores: su condición sexual y su corta vida, además lo que he hallado está inexorablemente unido al farmacéutico titular.
Espero que os haya gustado. Rescataremos más historias femeninas, aunque sean más difíciles de documentar.