top of page

1972, Febrero, 25: Autorización de cebos envenenados para eliminar animales salvajes.


Imagen 1. Cepo de oso, foto extraída de aquí.

Tal día como hoy la Jefatura provincial del I.C.O.N.A. (Instituto para la Conservación de la Naturaleza) autoriza el uso de cebos envenenados a "propietarios" de distintas fincas entre otros a I.R.Y.D.A. (Instituto de Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario) para la Encomienda de Mudela y al dueño de Peñalajo, D. Juan Ignacio Mac-Crohon.

Imagen 2. Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real, 25 de febrero de 1972, pág. 4. Detalle.

Un tema que hoy nos parece hiriente, pero que tuvo toda una regulación y un amplio desarrollo en el tiempo. He elegido estas autorizaciones porque justo ese año está en el límite, como veremos más adelante.

Si nos remontamos aún más atrás, comprobamos que se premiaba por la caza de animales como gatos monteses, zorros, águilas, búhos y un ejemplo de esto aparece en el acta del pleno del consistorio viseño de fecha 5 de febrero de 1932, donde se acordaba (ver imagen 3):

Imagen 3. Acta de la sesión del día 5 de febrero de 1932, pág. 32, vuelta. Detalle. Libro de Actas (1931-1932). Archivo Municipal del Ayuntamiento de Viso del Marqués.

Transcripción de la imagen 3:

"También se acordó, se le abone por el concepto de haber dado muerte a animales dañinos, lo que con arreglo a la ley de caza le corresponde a Venancio de la Plaza, una gato montés, a Domingo de Pradas, un zorro, Pedro José Lozano Bernal, un búho, Pedro Francisco Monsalve, un zorro, Dámaso Morales, un gato, Donato Barberá, un águila, Dionisio Ginés, un gato, Florencio Chico, otro, Francisco Ginés, otro; expresadas cantidades serán abonados del capítulo correspondiente."

La Ley de caza vigente en ese momento era La Real Orden de 7 de julio de 1915, sobre recompensas por destrucción de animales dañinos, que afortunadamente quedaba derogada por la Ley 1/1970 de 4 de abril de caza.

En 1940, sin haber efectuado estudios previos, se elaboró una lista negra de animales (alimañas) que deberían ser exterminados por su presunta actividad dañina: linces, aves rapaces, zorros, lobos, comadrejas, e incluso algunos reptiles podían ser abatidos utilizando cualquier método en cualquier época del año.

También se crearon con el Decreto de 11 de agosto de 1953 las Juntas de Extinción de alimañas, según el decreto en todas las provincias españolas debía constituirse una, aunque tan sólo fueron efectivas en veinte. Fueron promovidas por la propia administración y premiaban económicamente la captura y muerte de toda especie supuestamente perjudicial para las especies de interés cinegético o ganadero. Las juntas ofrecían recompensas a toda aquella persona, incluyendo menores, que capturara una alimaña: 40 pesetas por una gineta, 20 pesetas por un lobo, etc. Esto supuso la proliferación de la figura del “alimañero” local y de numerosas técnicas de captura y trampeo (hoy ilegales) entre las que el veneno era el más popular por su comodidad y eficacia. El efecto conjunto de todos estos factores desembocó en que, en la década de los setenta del siglo pasado, desaparecieran de nuestros montes muchas de las especies.

Imagen 4. Gineta. Foto extraída de aquí.

En el artículo 20.2 del anteproyecto de La Ley de Caza de 1967, se habla del control por parte de El Ministerio de Agricultura, quien declarará oficialmente los animales que a efectos cinegéticos deban ser considerados como dañinos para la caza y reglamentará la lucha contra estos animales, adoptando o autorizando las medidas precisas para procurar su equilibrada reducción. Aunque esta ley finalmente no vio la luz, en la de 1970 quedó parcialmente plasmado.

Fue el Decreto 2573/1973 de 5 de octubre el que acabó definitivamente con la persecución a las alimañas, pasando muchas a estar protegidas y otras a ser especies cinegéticas. Este decreto llegaba un año después de nuestra efeméride de hoy.

Imagen 5. Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980). Foto extraída de aquí.

Este cambio fue producto de la progresiva integración de España en los organismos internacionales de protección de la Naturaleza, pero sobre todo de las presiones de ciertos sectores de la sociedad civil: una figura clave y conocido por todos como Rodríguez de la Fuente, naturalistas y asociaciones científicas y de defensa de la Naturaleza.


303 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page